“En ocasiones sobreestimamos la cantidad de personas que creemos que comparten nuestras creencias y comportamientos”.

Efecto del consensoMucha gente tiende a creer –de manera natural– que pueden ser una especie de psicólogos intuitivos pensando que es relativamente fácil predecir las actitudes y comportamientos de otras personas. Cada uno de nosotros cuenta con información construida a partir de un sinnúmero de experiencias anteriores que involucran tanto a nosotros mismos como a los demás, esto debería darnos argumentos sólidos ¿no es así?

Desafortunadamente así no es como funciona.

En realidad, las personas muestran una serie de prejuicios predecibles al estimar el comportamiento de otras personas y sus causas. Y estos prejuicios ayudan a mostrar exactamente por qué necesitamos experimentos de psicología y por qué no podemos confiar en nuestras intuiciones sobre el comportamiento de los demás.

Uno de estos prejuicios se denomina el efecto del falso consenso. En la década de los 70′ el psicólogo social y profesor de la Universidad de Stanford Lee Ross propuso mostrar cómo el efecto del falso consenso opera llevando  a cabo dos estudios.

FALSO CONSENSO

En el primer estudio se les pidió a los participantes que leyeran acerca de algunas situaciones en las que ocurría un conflicto y posteriormente se les ofrecían alternativas de respuesta. Se les pidió que hicieran tres cosas:

  • Suponer que opción elegirían las otras personas
  • Decir que opción elegían ellos
  • Describir los atributos de la persona que elegiría cada una de las dos opciones

Los resultados mostraron que la mayoría de la gente piensa que los demás harían lo mismo que ellos, independientemente de cual de las dos opciones habían elegido. Esto demuestra lo que Ross y sus colegas llamaron efecto de “falso consenso”, esto es, la idea que cada uno de nosotros tiene de que otras personas piensan de la misma manera en la que nosotros lo hacemos cuando en realidad no es así.

Otro prejuicio surgió cuando a los participantes se les pidió describir los atributos de la persona que tomó una decisión opuesta a la suya. En comparación con otras personas que hicieron la misma elección, los participantes realizaban predicciones más extremas sobre las personalidades de aquellos que no compartían su punto de vista.

De manera rápida y directa: la gente tiende a asumir que aquellos que no comparten su punto de vista actúan de manera incorrecta. Puede parecer broma pero es una tendencia real que la gente demuestra.

COME EN EL RESTAURANTE DE JOE

Aunque el hallazgo del primer estudio es correcto en teoría, ¿cómo podemos estar seguros de que la gente realmente se comporta de la manera en que dice que lo hará? Después de todo, los psicólogos han encontrado poca conexión entre las actitudes de las personas y su comportamiento.

En el segundo estudio Ross y sus colegas abandonaron situaciones hipotéticas, dejaron a un lado papel y lápiz y en su lugar se ayudaron simplemente de un letrero.

Esta vez se eligió un nuevo grupo de participantes, se trataba de estudiantes universitarios, se les preguntó si estaban dispuestos a caminar alrededor de la escuela portando un letrero que decía: “Come en el restaurante de Joe” (Los estudiantes no conocían el resturante y por lo tanto no sabían como serían percibidos).

Para motivar a los participantes se les dijo que aprenderían algo útil del estudio, además se les dió la opción de no participar si es que así lo deseaban.

Los resultados de este estudio confirman el estudio anterior. De los que aceptaron usar el letrero, el 62% pensaba que los demás también estarían de acuerdo. De los que se negaron, sólo el 33% pensaba que los demás estarían de acuerdo en usarlo.

Una vez más, como sucedió anteriormente, la gente también hizo predicciones más extremas sobre el tipo de persona que tomó la decisión opuesta a la suya.

Aquellos que decidieron usar el letrero decían:

“¿Qué les sucede a los que se negaron a participar? Creo que deben estar realmente asustados de lucir como unos tontos”.

Los que se negaron a usarlo también tenían su opinión:

“Ellos sólo quieren llamar la atención usando un letrero. Conozco a ese tipo gente, son unos raros”.

NO SOMOS TAN BUENOS PSICÓLOGOS INTUITIVOS

Este estudio es fascinante no sólo porque muestra un prejuicio en la manera en que pensamos acerca de los comportamientos de los demás, sino también porque demuestra la importancia de los estudios de psicología sí mismos.

Cada psicólogo, en algún momento, se ha conducido a la distracción cuando se trata de explicar la conclusión de un estudio encontrándose con alguno de estos dos argumentos:

  • Yo te podría haber dicho eso, ¡es obvio!
  • No, en mi experiencia eso no es cierto, la gente realmente no se comportan así.

Como muestra este estudio de psicología social, las personas no son tan buenas como psicólogos intuitivos. Una de las pocas excepciones a esto es cuando la respuesta es muy, muy obvia, como cuando se le pregunta a la gente si está bien cometer un acto ilícito. Pero las preguntas en las que todos podemos estar de acuerdo no son tan interesantes como aquellas en donde hay decisiones divididas.

Las personas también son más propensas a asumir que alguien que no posee los mismos puntos de vista que ellos tienen una personalidad más extrema que la suya. Esto es porque la gente piensa a sí misma, ya sea consciente o inconscientemente: seguramente toda la gente normal piensa de la misma manera que yo ¿no es así?

Pues al parecer no es así. Y a pesar de que aún no podemos conocer como piensan los demás, se trata de un gran comienzo.

Y esa es otra una buena razón por la que necesitamos los estudios de psicología.

Este post forma parte de la serie 10 estudios psicológicos que te sorprenderán. Elige el siguiente:

  1. El efecto halo
  2. Disonancia Cognitiva
  3. La cueva de los ladrones
  4. La prisión de Stanford
  5. Obediencia o conformismo
  6. Efecto del falso consenso
  7. Teoría de la identidad social
  8. Malas negociaciones
  9. La apatía del espectador
  10. La conformidad a la norma

[adsense2]

Imagen bajo licencia Creative Commons by Ambernectar 13

Vía | PsyBlog