“¿Podría un experimento ser tan poderoso que, tan solo formando parte de el pudiera cambiar tu punto de vista acerca de tí mismo o de la naturaleza humana?”.
¿Qué clase de procedimiento experimental podría provocar en algunas personas excesiva sudoración o temblor, dejar al 10% de ellos muy molestos mientras que otros se enfrascan en ataques de risa sin explicación aparente? Preparate para un poco de controversia ya que este estudio ha sido objeto de diversas críticas bajo el fundamento de que sus afirmaciones son tremendamente exageradas.
EXPLICANDO LA CRUELDAD HUMANA
Los experimentos de Stanley Milgram fueron diseñados con el fin de probar la obediencia a la autoridad. Lo que Milgram quería conocer era que tan lejos pueden llegar los seres humanos cuando una figura de autoridad les ordena inflingir daño en otro humano. Después de la Segunda Guerra Mundial, más no por primera vez, muchos se preguntaron que motivaba a las personas a cometer actos de brutalidad contra sus semejantes. No sólo de parte de aquellos que pertenecían a las fuerzas armadas sino de gente común que era obligada a llevar a cabo actos horribles y crueles.
Sin embargo Milgram no llevo a cabo experimentos en situaciones tan extremas como una guerra, el quería observar como reaccionaría la gente en condiciones relativamente normales en un laboratorio. ¿Cómo se comportaría la gente cuando se le dijera que aplicara una descarga eléctrica a otra persona? ¿En qué medida la gente obedece las ordenes que se le dictan en determinada situación y hace caso omiso de sus propias dudas acerca de lo que están haciendo?
La situación en que se colocó a la gente dentro del experimento fue sencilla. A los participantes se les dijo que estaban involucrados en un experimento de aprendizaje, que iban a administrar descargas eléctricas y que debían continuar hasta el final del estudio. Se les dijó que ellos serían el maestro y otra persona sería el aprendiz, fueron sentados enfrente de una máquina que contenía botones que marcaban los dintintos voltajes. Esta era la máquina de choques. Al tercer interruptor de la parte superior de la máquina se marcó con la leyenda ‘Peligro: Choque grave’. A los primeros dos interruptores simplemente se les colocó la etiqueta ‘XXX‘.
Durante el experimento, cada vez que el aprendiz cometía un error se le ordenaba al participante administrar choques eléctricos cada vez mas altos. Por supuesto, el aprendiz seguía cometiendo errores y el maestro (el participante del experimento) tenía que seguir dando descargas eléctricas cada vez más altas y escuchando los gritos de dolor resultantes hasta que el aprendiz quedaba en silencio.
Los participantes en realidad, no administraban choques eléctricos, los aprendices eran actores que seguían un guión cuidadosamente preparado. A dichos aprendices se les mantenía fuera de la vista de los participantes así que ellos hacían sus propias suposiciones sobre el dolor que estaban causando. Al final, sin embargo, se les dejaba en duda sobre si los poderosos choques podrían haber dejado al aprendiz inconsciente. Cuando el participante se negaba a seguir administrando los choques eléctricos, el creador del experimento –una figura de autoridad– les ordenaba que continuaran.
RESULTADOS
Antes de explicar los resultados, trata de visualizarte como un participante de este experimento. ¿Qué tan lejos llegarías administrando descargas eléctricas a otra persona sólo para ayudar a comprobar un estudio? ¿Qué hubieras pensado cuando el aprendiz se quedaba en silencio a causa de haber presionado el botón Peligro: Choque grave? Honestamente ¿Hasta dónde llegarías?
Al igual que el experimento, los resultados fueron sorprendentes. El estudio de Milgram descubrió que las personas son mucho más obedientes de lo que se podría pensar. 63% de los participantes continuaron hasta el final, seguían administrando choques a pesar de los gritos de agonía y plegarías para que se detuvieran hasta que la otra persona quedaba en silencio. No es que se hubiera seleccionado a gente especialmente sádica, se trataba de personas comunes, que simplemente se habían ofrecido para formar parte de un estudio.
¿CÓMO SE PUEDEN EXPLICAR LOS RESULTADOS?
En la época de Milgram, el estudio fue una gran noticia. Stanley explicó los resultados con el poder de la situación. Se trató de un experimento que pretendía mostrar como las situaciones sociales pueden influenciar el comportamiento de una persona.
El experimento sentó las bases para estudios subsecuentes que se llevaron a cabo alrededor del mundo. Pero ¿los resultados seguían siendo los mismos si el estudio se llevaba a cabo en culturas diferentes, variando las situaciones o incluyendo otro género (en el estudio original sólo participaron hombres)? En general y aún cuando se manipulaban las distintas variables, la gente seguía siendo obediente. Si es que una excepción se puede mencionar es que las mujeres Australianas fueron las menos obedientes.
¿PODRÍA HABER UNA FALLA?
Ahora pensemos de nuevo. El experimento se basa en la situación de influir en el comportamiento de la gente, pero ¿cuán real es esta situación? Si tú fueras el participante seguro que en algún punto habrías notado que no todo parecía ser tan real, que no estabas electrocutando a nadie, después de todo, no veías lo que realmente estaba sucediendo y ¿quién con algo de conciencia permitiría que se electrocutaran personas sólo para probar un estudio universitario?
Además, esta en la naturaleza de la gente recoger pistas no verbales de sus semejantes. Esto quiere decir que también influía que tan buenos eran los actores al momento de escenificar el guión. Las personas tienden incluso a jugar en aquellas situaciones que en el fondo saben que son falsas. Cuanto más nos enteramos de la psicología humana, más descubrimos sobre el poder de los procesos inconscientes, tanto emocionales como cognitivos. Estos pueden tener una influencia masiva en nuestro comportamiento sin que nos demos cuenta.
Suponiendo que las personas no estaban convencidos por completo en un nivel inconsciente que el experimento era de verdad, nos encontramos con una explicación alternativa. Tal vez el trabajo de Milgram demuestra realmente el poder de la conformidad. Esa sensación que los participantes pudieron haber sentido de agradar a la figura de autoridad, adaptarse a la situación y hacer lo que se esperaba de ellos. Si bien esto sigue siendo una poderosa interpretación de un experimento brillante, no es lo que Milgram en realidad estaba buscando.
Sea cual sea tu conclusión favorita no hay duda de que el trabajo de Stanley Milgram fue uno de las más influyentes e impresionantes que se han llevado a cabo en la psicología. También es un experimento muy poco probable que se repita hoy en día debido a los modernos estándares éticos.
¿Tu que opinas, obediencia o conformismo?
Este post forma parte de la serie 10 estudios psicológicos que te sorprenderán. Elige el siguiente:
- El efecto halo
- Disonancia Cognitiva
- La cueva de los ladrones
- La prisión de Stanford
- Obediencia o conformismo
- Efecto del falso consenso
- Teoría de la identidad social
- Malas negociaciones
- La apatía del espectador
- La conformidad a la norma
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Imagen bajo licencia Creative Commons by Sharon Drummond
Vía | PsyBlog