Fue en 1949 cuando Pablo Picasso conoció a Gjon Mili, un fotógrafo que en aquel entonces trabajaba para la revista LIFE. Fue él quien le mostro fotografías de algunos patinadores sobre hielo que llevaban luces integradas en los patines, captados además saltando en la oscuridad, lo que producía un efecto visualmente atractivo.
Sucedió entonces que Picasso decidió utilizar una pequeña luz eléctrica en una sala oscura mientras sus movimientos eran capturados por un par de cámaras estratégicamente colocadas.
Entre las pinturas se encuentran centauros, toros e incluso perfiles griegos, lo interesante de las fotografías es que no solamente capturan el resultado, sino que en la mayoría parece capturarse el proceso en sí.
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Con información de | Design Boom