“La lectura es un hábito díficil de adquirir para algunos, tedioso para otros y para colmo no se contagia”.

En México por ejemplo, se calcula que el promedio de lectura de una persona promedio ronda entre 0.5 y 2.9 libros al año, la diferencia existe debido a que en algunos niveles educativos es considerada como obligatoria. Según datos de la UNESCO, sólo el 2% de los mexicanos tiene un real hábito de lectura en comparación con Japón que ocupa el primer lugar de la clasificación con 96% de sus habitantes que tienen el mismo hábito.

Además, en los tiempos actuales en los que la información corre a un ritmo vertiginoso, es cada vez más complicado interesar al lector a través de textos largos o que demandan una mayor cantidad de tiempo.

Ahora que ya tenemos un pequeño contexto, comentaré la campaña de la editorial argentina Eterna cadencia de la cual me enteré a través de Seetio. Todo comienza cuando crean ‘El libro que no podía esperar’ el cual se vende sellado en una envoltura de plástico y cuya principal curiosidad es que desde el momento en que es abierto la tinta comienza a desaparecer, dejando las hojas totalmente en blanco en un lapso de dos meses. Innovador ¿cierto? Veamos el video de presentación:

Y cuando se creía que todo era felicidad se empezaron a recibir comentarios del tipo:

  • Es la peor idea que se haya visto jamás
  • No deseo que nadie me obligue a leer un libro
  • Lo compraría si me regresan mi dinero en dos meses

Por supuesto nunca falta el preocupado que pregunta: Yo leo muy despacio, ¿qué pasará si no alcanzo a terminarlo?

O el inteligente que ofrece la solución: ¡A escanearlo!

Pero bueno, la cuestión es que esta campaña trajo a mi mente el caso de una cadena de librerías muy famosa en México que hace unos meses lanzó una campaña con el mismo objetivo: Fomentar la lectura. Aquí la acción:

En esa ocasión tambien se culpaba a la empresa de obligar a leer a la gente. Por supuesto, cada persona tiene su punto de vista y éste es muy respetable.

En lo personal considero que se trata de dos excelentes campañas a las que no se les puede exigir más de para lo que han sido creadas. En el caso particular del libro que no puede esperar, podría asegurar que no se convertirá en una tendencia pues es comercialmente inviable con la cantidad de recursos gratuitos que tenemos a nuestro alrededor. ¿Es curioso? claro, y es lo que lo hace atractivo. Fue un gran éxito de ventas porque lo que escasea se desea. Y como campaña publicitaria simplemente genial. No nos pondrá a devorar libros, pero puede inducir la idea de leer, lo demás depende de tí.

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